Devuelve la confianza a las
personas, mejora el habla y la mordida al comer, y elimina dolores de mandíbula.
TOLUCA,
Méx.- Cada año, unas 40 personas con
deformidad dentofacial, como quijada pronunciada, recobran su seguridad y su
confianza al cambiar su apariencia estética y mejorar su habla con las cirugías
que realizan especialistas del Centro Médico “Adolfo López Mateos” del
Instituto de Salud del Estado de México (ISEM).
Gerardo Guadarrama Álvarez, médico
adscrito al servicio de cirugía maxilofacial de este centro médico, señaló que
si bien estas deformidades producen dolor en la articulación temporomandibular,
las personas recurren a la cirugía de corrección por cuestiones estéticas, pues
en la mayoría de los casos son sujetos de apodos y bromas.
“A muchos de los pacientes más que
importarles la parte funcional, a la mayoría le interesa el cómo se ven”, dijo
el especialista.
El proceso quirúrgico tiene un alto
grado de complejidad, pues dependiendo del caso, los cirujanos maxilofaciales
deben mover la mandíbula, el maxilar o ambos, ya que las anomalías en la cara
pueden ser diversas.
Corregir la posición de la mandíbula
permite a las personas mejorar su habla y comer de manera adecuada, pues
desaparece el desfasamiento en la forma de morder.
Quienes son sometidos a este tipo de
operaciones permanecen hospitalizados un día para el control del dolor post
operatorio que no se considera grave, y después de dos semanas están en
condiciones de regresar a sus actividades normales.
Los problemas de quijada pronunciada
o progmatismo mandibular, pueden desarrollarse por diversos factores; en niños,
por ejemplo, la mala alineación de los dientes es consecuencia del uso de
chupones, el hábito de chuparse el dedo, o por mal desarrollo dentario.
Desde el punto de vista médico, si
este problema no se trata, puede repercutir seriamente en la articulación
temporomandibular, que une a la mandíbula con el maxilar, produciendo dolor
recurrente.
“El funcionamiento de la mandíbula y
el maxilar depende de las articulaciones, entonces, cuando hay una alteración
de esa naturaleza y no se corrige, una de las complicaciones es principalmente
el dolor”, señaló Guadarrama Álvarez.
Cuando es detectado durante la
niñez, este problema puede corregirse con ortopedia maxilofacial, mientras que
a partir de los 15 o 16 años de edad será necesario recurrir al ortodoncista,
especialista en la movilización de los dientes con experiencia en la ortodoncia
quirúrgica, proceso totalmente diferente a la ortodoncia correctiva o
estética.
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